Oye,
la noche de anoche
me gusto mucho
(como la trucha al trucho)
y aunque me echaras de casa,
me lleve tu mirada
y en la boca, una sonrisa
que me llenaba la cara.
Ahora,
con el paso del tiempo,
no me acuerdo ni de tu mirada
ni de mi sonrisa
debe ser que me gustó
enamorarme deprisa,
por la noche y al son de la brisa
porque al recordar…
…no me acuerdo de nada…
…y me da la risa.
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