La Soga de Damocles

Estamos todos,
con la soga de Damocles.
Algunos,
nos hemos olvidado de ella
con la alegría de solucionar
todas nuestras dificultades.

Hemos borrado su presencia
(de que la tenemos al cuello)
que nos aprieta, pero no nos asfixia;
trata de ahogarnos en vida
pero sin privarnos de ella.

Creo que la soga al cuello
todavía no está del todo prieta;
aún puedo respirar. Mis ojos,
todavía ven caras frente a mi.

Hay que seguir respirando,
arrinconar el sentimiento
de que aprieta,
y matar la sensación

de que está ajustada
para que sigas viviendo casi muerto.
Lo justo, para pagar
por el alma que tenemos.

No hay comentarios: