Tomo a tomo

Yo no soy el que va y vino,
sino el que tiene el signo del sino,
el que rodea con brazos al pino

el que disfruta del aire supino
el que respira tranquilo el aire de lino,
el que improvisa con versos y letras, con notas morfemas y lexemas.

El que no tiene miedo a equivocarse
el que se equivoca para acertar,
el que se aburre aburriéndose

el que canta y su mal espanta,
el que aclara la garganta con la nada
el que desafina para que llueva y con el agua, nada en la bañera.

El que se agota al ahorcarse
el que bosteza para dormir
el que sueña despierto y vive dormido,

el que a los restos de Hefesto
escribe tópicos versos,
típicos refrescos, de aciertos con defectos, ricos tercetos perversos.

El que vive sin vivir el que muere sin morir
el que ama sin amar, el que odia sin odiar
el idiota holgázan, el gamberro sin igual

el pesimista optimista, el dulce salado
el triste soldado de plomo, el burdo maromo
que escribe estas letras tomo a tomo.