Diciembre

Acaba un ciclo de versos y permisos,
de experiencias entre números y letras,
de jardines y bosques cuyas vocales,

narran malbien los meses del zodíaco,
además de los tantos besos sumisos
a las monedas rancias de los bolsillos.

En otros momentos más concisos,
vendrán risas, borracheras de alegría,
que volarán como flecha de sagitario

sacudiendo la tristeza en mis hocicos,
pintándolos de sonrisa bien sincera
como la brisa que con año nuevo entra

Sagitario

Eres de los de signo mutable, común;
prevaleces con tu poder de adaptación;
eres seco, cálido; tu medio: fuego.

Flexible, espíritu imparcial te definen.
Aventureros, que quieren movimiento
aunque imprudentes, arrogantes.

Te asocian con Quirón, Aquiles y Acteón.
Eres de dualismo vital: hombre, animal
final y principio: llega en Diciembre.

Júpiter te dice: “Deseas el cambio,
conquistar todas las situaciones nuevas”
por eso te asocian con muslos, y piernas.

Cárcel de Amor

Que recuerdos.
Las lágrimas, casi brotan
por esas notas,

las notas,
que escuchaba
cuando te perdí.

Hace mucho tiempo
que no me encontraba
con esos recuerdos,

con aquella
habitación pequeña,
con la silla, el escritorio y la mesa;

con los libros
de literatura clásica,
que me contaban los días;

con aquella cama enorme,
que se hizo más grande
con tu ausencia;

con el calor del verano
encerrado entre cuatro
paredes de cráneo;

con la pena y la vergüenza,
que me hablaban por dentro
a cada instante;

con el sentimiento,
de que se fue todo al carajo,
de que termino…

Quizás ahora
aunque no sea primavera,
sería bueno

sacarlo de la nevera,
porque ya se caducó,
se congeló y más que se murió.

Con el tiempo,
he llegado a la conclusión
de que aquello

era una cárcel de amor,
una prisión, en la que cumplí
la condena:

“estar permanentemente pendiente
de la cadena de vida y de pena,
que me unía a ti en aquel sin vivir”

Dos años

Dos años han pasado
en este viaje por el mar.
Encontré en mi barco el ancla,
y sé donde lo puedo anclar:

En el Mar de la Tranquilidad,
no el de la Luna,
sino el del corazón:
el de la razón, la emoción y la verdad;

el que brilla por las estrellas,
el que guía a las personas bellas,
el que rompe con la inseguridad
y cura las heridas junto a la soledad.

El hilo del tiempo cose despacio,
igual que encontrar el ancla del barco,
pero poder ser tu propio capitán,
te hará encontrar a tu añorada sirena.

Soñando Despierto

No me duermo
y en la cama
bostezo.

Doy vueltas
sin hacer seda.
¡Seca está mi cabeza!

Piensa, da vueltas
a las cosas,
¡quiere ser ya mañana!

(Otra vuelta)
Abro por completo
los ojos:

El silencio,
la tenue oscuridad
del invierno,

no me deja
dormir sereno.
Perdón,

pero no me duermo
porque llevo
todo el día

soñando despierto.

La Sirena y la Ballena

La sirena
vio una vez a una ballena
que iba con la boca llena.

De tanto comer plancton
se pego un hartón
y por la boca llena
se le iba a la ballena
toda la vida plena.

Así que la sirena, sonrió,
y a la ballena emocionó.
De tanto llorar,
pudo al final tragar

La ballena,
se quedo seca de pena
y al final,
su boca estaba llena
de felicidad.