La sirena
vio una vez a una ballena
que iba con la boca llena.
De tanto comer plancton
se pego un hartón
y por la boca llena
se le iba a la ballena
toda la vida plena.
Así que la sirena, sonrió,
y a la ballena emocionó.
De tanto llorar,
pudo al final tragar
La ballena,
se quedo seca de pena
y al final,
su boca estaba llena
de felicidad.
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