Los Clavos de la Madera

Despostas a posta
apostando a toda costa
sentar sus nalgas y hacer costra
en el escaño que bien parece una ostra.

Sienten el culo acomodado,
fino, limpio y bien cuidado;
mientras el del ciudadano
es golpeado, ensuciado y desahuciado.

La demagogia engorda,
con las palabras mal pronunciadas
por la boca de políticos coloristas
que quieren pintar de un sólo color la vida:
“velar por sus intereses partidistas”.

Dos grandes colores
que describen los medios:
azul y rojo,
sin mostrar que hay muchos más
tanto en el arco iris, como en la sociedad.

El pueblo,
que no se siente ya representado,
sale a la calle para pedir lo que es suyo:
la soberanía real,
no el poder de un papel
reciclado cada cuatro años.

Como dice aquel cartel:
“apaga la tele y enciende tu mente”.
Publicidad de los medios comunes
a partidos políticos, desde martes hasta lunes.
Despertemos la conciencia, hagamos ciencia
de lunes a domingo, sin descanso para el circo.

Basta ya de engordar esta crisis,
que no es más, que una estafa financiera
para seguir siendo esclavos
como los clavos de la madera,
crucificados con fronteras:
las que ponemos en la tierra,
y en nuestras cabezas.

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