Contigo, crecen marzales y maizales;
desincrustas el frío, por eso dicen:
marzo, el que alarga los días hasta tarde.
Eres poco de invierno. Contigo, viene
la buena primavera (¡Hay, la sangre altera!)
¡Olores cálidos y colores dulces!
Es en tu barrio, donde habita don Paro,
con los desamparados abandonados
que cantan para olvidar: “los tristes fados”,
con letras, que hablan del trabajo pesado
de aguantar a personas bien aburridas.
Por eso me fui con Piscis a escondidas.
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