Se caen las ideas,
en ese precipicio donde viven
la avaricia y la pereza.
Con soberbia e ira, verás
que ni la lujuria ni la envidia,
te quitara la gula
de comer palabras, datos, sintagmas,
complementos (directos,
circunstanciales e indirectos).
No desaparecerá la hambruna
de engullir ideas concomitantes,
como si fueran peces mutantes(del río de la vida).
A veces, se envenenan de trajes sociales,
de consumismo putrefacto y de perchas andantes;
engordan con ideas abstractas pseudorreligiosas, y muy belicosas:
¡Siempre en el nombre de Dios!
¡Basta ya de tanta cabeza hueca alimentada de electricidad!
¡Va a estallar con cefaleas el cerebro al suspirar!
¡Bájate ya de la luna con esa escafandra mental!
Que sea el andar por el campo: ¡Deporte nacional!
Nada harás con estar tumbado en el sofá,
con las neuronas de vacaciones
por las conexiones alucinógenas anteriores a estas horas.
Estas son, ideas constantes, pensamientos
que empujan a otros, para que el olvido coma de ellos
al igual que hizo con sus hijos Cronos.
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